lunes, 2 de enero de 2012

Reloj no marques las horas- Juan Soler-

Me cuentan que el reloj de la puerta del Sol de Castelló se negó a dar las doce campanadas la noche del tránsito del dos mil once al doce, lo que aunque los asistentes al momentazo difícilmente entenderán resultó ser una sabia decisión del chisme que nos vino a recordar la vieja canción, reloj no marques las horas….


Bien es cierto que los castellonenses, jóvenes en su mayoría, asistieron decepcionados a la negativa relojera de dejarles compuestos y sin campanadas, aunque el cava y el sentido del humor más la protesta que solo dan la juventud les permitiera tras hacer de lo dicho un totum revolutum poner el entusiasmo por delante de lo razonable y saludar al nuevo año con el bullicio que resulta menester, aunque por lo bajini se hicieran pipi y caca con la memoria del responsable de que el reloj no funcionara.


Es posible, uno no sabe mucho en asuntos telúricos, que fuera cosa de la responsabilidad exclusiva de la propia maquinaria. Que se negara a saludar el nacimiento de un joven año que se presenta cochambroso a juzgar por lo poco que conocemos de hoy. Anunció Rajoy que no subiría impuestos y le ha faltado el tiempo para hacerlo. Dijo que lo único que no tocaría las pensiones y en un alarde de imaginación burlesca, las aumenta un uno por ciento, mientras el índice de precios al consumo sume un dos y medio por cien, con lo que en realidad, bajan, porque además al jubilata le suben los impuestos. Todo y eso y bastantes más cosas, no anunciadas en el programa electoral nos confirman que el señor Rajoy, que decía ser serio, llevaba cartas escondidas en la manga, sobre todo con los de siempre, es decir los más débiles.


Así las cosas, tal vez estuviera justificado el silencio del reloj de la puerta del sol en Castelló, el único que se negó a saludar con música del nuevo año que saluda los nuevos tiempos con peores noticias que su predecesor.